domingo, 17 de noviembre de 2013

296. EL FRÍO.

Siempre recuerdo aquélla entrada del blog de A. en la que hablaba de los días en que empezaba a refrescar. Y de cómo él no se daba por enterado del frío hasta que, una mañana, sus compañeros del banco cambiaban las camisas por las americanas.

A mi me pasa algo parecido.

Una noche cualquiera, volviendo a casa por los soportales de la avenida, compruebo que, un año más, los cajeros se han llenado de sacos de dormir y de cartones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario