lunes, 24 de mayo de 2010

62. USTED ESTÁ AQUÍ.

A veces, cuando estoy mucho tiempo escribiendo y borrando, escribiendo y borrando, acabo por jugar al juego de la escritura automática que es algo así como escribir sin pensar en la siguiente frase. Sólo sinceridad, no dejar que la forma limite al fondo o que la preocupación por cómo va a quedar el texto desplace o haga que se me olvide lo que quiero decir.

(Este juego al que a veces juego permite, no obstante, separar el texto en párrafos separados, lo que sin duda agradecerá quien lo lea. Incluso yo mismo cuando, quién sabe si mañana, vuelva a leer lo que he escrito).

Todo esto para contar que la semana pasada fue horrible y que un día, sin embargo, cuando abrí el correo me encontré un mail generado por mi blog que me comunicaba que mi poeta favorita había dejado un comentario en mi entrada de ese día.

A mí esto me hace feliz. Ya sé que no es mucho sobretodo si comparo con la cantidad de preocupaciones con la que también ha empezado esta semana. Algunas de ellas de carácter grave. Pero bueno, ese soy yo. Ya lo he dicho, que por cosas así y no por otras, es por lo que me considero un poeta. (O un gilipollas, dirán algunos. Pues también).

El caso es que en seguida me he acordado de la primera vez que oí a Ana. Entonces yo no tenía este blog, sino un fotolog y recuerdo que aquélla noche escribí sobre ella y sobre sus poemas que a mí me parecieron muy tristes. Tristes y preciosos. Después me he acordado de la segunda vez que la ví, no hace ni un mes, y de cómo Ana volvió a impresionarme con la honestidad brutal de sus textos. Esta vez la culpa era de un poema que se titulaba algo así como "mi padre se llamaba Daniel" en el que relataba, entre otras cosas, como sentía que ya su padre no sujetaba la bicicleta que ella montaba de pequeña.

Yo recuerdo que también mi padre instaló un par de ruedas pequeñas adaptadas a la rueda de atrás de mi primera bici y me doy cuenta de qué diferentes son las cosas ahora, cuando muchos días tengo que subir a una bici con el sillín demasiado alto, sin que los pies me lleguen del todo a los pedales. Me puedo caer. Eso ya lo sé. Pero también sé que si no cojo la bici no llegaré. O llegaré tarde, que puede ser incluso peor.

Pues bien, todo esto lo escribo hoy porque Ana me manda un mail para comunicarme que su nuevo libro -alfabeto de cicatrices- llega la semana que viene a las librerías y me envía una foto de la portada.





Yo no sé si las cicatrices de Ana son de caerse en la bici como las mías, pero a mí la foto de la portada me encanta, porque es un corazón y dentro del corazón hay un cartel que pone "usted está aquí" y claro quién no tiene un usted en su corazón.

Yo sí lo tengo.

Ya sólo queda dar las gracias a Ana, por seguir escribiendo. Por vencer el pudor a desnudarse en cada poema, aunque según ella lo haga para defenderse de sus enemigos, para que no tengan secreto alguno que descubrirle. Porque su poesía es un ejemplo a seguir.

Pues eso, Ana: Gracias

sábado, 15 de mayo de 2010

61. AUNQUE LA GENTE NO NOS ENTIENDA.


Cuando Isabel Bono recuerda algo con nostalgia se siente feliz. Le ocurre con las cosas buenas pero también cuando recuerda las cosas tristes. Por eso la mayoría de la gente no la entiende, aunque ella sí se entiende.

Yo he tardado en reaccionar el tiempo que se tarda en buscar la felicidad en el diccionario. El tiempo necesario para descubrir que la felicidad no es más que el estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.

Y reconocer, entonces, que a mí también me pasa. Y aunque la gente no me entienda, yo sí me entiendo. Sentir que lo ya vivido es lo único que está a salvo y que el pasado es mi único patrimonio.



Foto: Isabel Bono, la poeta que escribe árboles, piedras y pájaros.

domingo, 9 de mayo de 2010

60. SÁBADO POR LA MAÑANA


verte dormir
sentir que has vuelto



Foto: Mi cama con la colcha de los colores vivos. Aquélla que compré en el país de la Alegría.

sábado, 8 de mayo de 2010

59. TU POEMA

Vengo a pedirte perdón,
por no sacar el tiempo
para escribir tu poema

Vengo a pedirte perdón
por no prestar atención
a descubrir tus virtudes

Pero, sobretodo,
vengo a pedirte perdón
porque más allá de las excusas

a mi me falta el talento
necesario para escribir
el poema que tú mereces

miércoles, 5 de mayo de 2010

57. MI ARTE.



Dice Adrienne Rich que arte es cualquier cosa que te permita darte cuenta de nuevo de que este lenguaje expresivo, profundamente instintivo y sin embargo consciente de sí mismo, este proceso regenerador, podría ayudar a salvarte la vida.

Yo no sé si mis fotos, mis poemas, son o no son arte. Lo que sí sé es que a veces son lo último que tengo. Mi única salvación.


(La foto es del pasado lunes)

martes, 4 de mayo de 2010

56. AVISO.

Abro la carta del banco
tras el éxito del primero
me ofertan con grandes letras
su nuevo fondo de inversión.

El asterisco me lleva hasta
la letra pequeña que advierte:
rentabilidades pasadas
no garantizan
rentabilidades futuras.

Yo lo agradezco. El aviso.
Y me lo guardo.

Para cuando se me olvide que
lo que he vivido hasta ahora
no es garantía para saber
lo que vendrá a partir de ahora.

Y es que la vida, al fin,
es un negocio de alto riesgo.